No por favor, no te vayas. No me sueltes de la mano, agárrala con más fuerzas. Es lo único que ahora necesito. Que mis dedos no vuelvan a pasar frío. Que siempre se entrelacen con los tuyos. Quiero tenerte, poseerte y que me poseas.
Que raro es el amor. El cual te abandona para después llenarte de dulce y triste melancolía. Puedes observarle ahí. Mira como se relame los labios, saborea nuestros sentimientos. Se hacen suyos. El amor nos posee. Piensa que es divertido jugar con nosotros y nosotros, solo nos dejamos ser guiados por él. Pero él quiere ir más allá de todo eso. Él no se conforma viéndonos sufrir. Él no se conforma con esos rezos que a partir de poemas le entregamos nuestra alma. Él viaja a través de nosotros enseñándonos que todo tiene un precio. Que no hay sexo sin besos, ni lujo sin esfuerzo. Él es nuestro mentor en este mundo de complejos..
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