A veces solo tengo que cerrar mis ojos para encontrar lo que tanto deseo, lo que siempre ansío. Me sorprende sentir la magia que tienen los sueños.. ¿Que seríamos nosotros sin sueños? Tan solos, tan vacíos.
Sin ningún objetivo. Vagaríamos por las calles sin rumbo,con la esperanza de encontrar nuestro destino.
Un destino que ya no existe, porque el tiempo me lo ha arrebatado. Ya no puedo perseguir mi estrella. Porque mi estrella se ha apagado. Todo lo que se concentra ahora mismo en mi cuerpo es rabia de saber que perdí lo añorado. No puedo sentir sin mis sueños, no puedo pensar sin mis sueños.
Ahora mi cuerpo tiembla. Mis pupilas se dilatan. Mis pensamientos se convierten en efímeros destellos de ambrosía por perder lo que con tanta ímpetu buscaba. Ahora ya no queda nada. Mi mirada angustiada busca un punto en el horizonte donde clavarse ahora que ya no le queda ningún apoyo mas grande. ¿De verdad esto puede ocurrir? Todo lo que me rodea se ha vuelto gris. Ya no quedan más tonalidades en este claro desierto de soledad. Picasso se ha vuelto loco. Van Gogh no consigue pintar a su mona que ahora llora.
Viento, te suplico, déjame marchar contigo. Necesito volar y refugiarme en alguna apenada nube. Sé que aun me puedes escuchar, cielo no te vayas. El mundo todavía puede ser nuestro. Reconstruiremos la torre Eiffel y la dama de la libertad hoy, brindará mas alto que nunca.
Porque los sueños lo son todo, son mi melancolía. Mi melancolía, que hoy reside en mi dentro de este texto. No dejemos nunca que nuestra imaginación se dañe. No dejemos nunca que nuestros sueños se apaguen. Porque los sueños tan solo son estrellas en el firmamento buscando corazones rotos a los que curar.
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