No sé porque te extrañas. Sabías que esto iba a ser tan efímero como un cigarro entre tus labios.
Perdóname si alguna vez te avergoncé, porque jugando a ser amigos me enamoré de ti. Perdóname si me preocupé demasiado por ti, porque yo necesitaba saber que tú estabas bien. Perdóname por tener una pequeña esperanza en nosotros, porque yo renuncié a "mí" por el "nosotros" y después me tocó rebobinar, porque cambié el "nosotros" por un "vosotros".
Ahora eres tú, tú quien me recuerda. Tú quien me llora. Tú quien echa de menos mis preocupaciones. Tú eres el que se muere de celos cada vez que me ves pasear cogida de la mano de otro.
No te pienso seguir pidiendo perdón, esta es la ultima vez. Pudiste tenerlo todo y te quedaste con ella, yo puedo buscarlo en otro y ojalá encuentres a alguien que te quiera la mitad de lo que te quería yo.
Yo no me ciño a nada, no soy de extremos. Soy de las que siente la vida y busca la felicidad por encima de todo. No niegues a la cabeza lo que el corazón ambiciona, porque él va a luchar por ello y ella le necesita a él por muy necias que sean sus ideas. Vivo en cada palabra, en cada renglón, en tus labios y tus oídos, búscame en tus ojos, me pierdo por el Bronx y amanezco en Brooklyn, descubro mi lugar en el mundo y me aferro a él. Te quiero, por encima de cualquier pero.
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"De nuevo, temor y temor.Una señal. Yo aquí intentando convencerme de que siempre doy lo mejor de mí mismo y la naturaleza diciéndome exactamente lo contrario: El que está realmente comprometido con la vida jamás deja de caminar." Paulo Coelho.
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